Creo que es una buena pregunta para empezar a escribir las diferentes vivencias de un viaje soñado. Aunque confieso que esta pregunta puede resultar un tanto compleja. Creo que lo que puedo expresar es mucho y al mismo tiempo se queda corto principalmente porque al visitar India hay muchas cosas internas que se mueven. Es realmente difícil expresar con exactitud eso que es tan personal y propio.
Sin embargo, quiero plasmar la mayor cantidad de vivencias posibles y me gustaría iniciar expresando que mi conexión con India está ahí desde hace mucho tiempo, desde que empecé a interesarme en el yoga. Fui conociendo e indagando sobre su cultura, sus dioses, sus creencias… todo. Esto hizo que en mi florecieran las ganas de ir a ver todo personalmente, siendo el Taj Mahal lo más deseado. India era literalmente uno de mis sueños, ¡uno de mis sueños más grandes!
La vida muchas veces te presenta situaciones que te hacen posponer el ir detrás de tus sueños, pero también te presentan situaciones que te hacen decir “el momento es ahora.” Ese momento llegó para mi en el 2018, donde por fin decidí dejar de poner excusas a algo que mi alma necesitaba, a algo que palpitaba en mi interior con la certeza de que sería la experiencia más hermosa y enriquecedora de toda mi vida y en efecto, así fue.
Confieso que en un principio había en mi algo de incertidumbre por lo desconocido y porque internet está lleno de información que muchas veces no favorecen hacia lo positivo, pero queda de nuestra parte el evitar recargarnos de lo negativo y enfocarnos en lo positivo, y más cuando se trata de lograr un sueño.
Quizá muchos que lean esto no lo entenderán. Desde que pisé el aeropuerto de India mi alma se exaltó, la sonrisa en mi cara y mi alma vibraban muy alto. India es magia, esa que me transmitió desde el primer minuto el calor y humildad de su gente. Una humildad que no habla de dinero, una humildad que habla y viene de adentro, miradas que transmiten serenidad, conexión con la vida, espiritualidad, sencillez, amor y vida. Los indios te regalan una sonrisa sin importar sus condiciones, son seres que se alegran de ver turistas en su país, que desconocen la palabra “discriminación” o “xenofobia”, seres que sin saberlo te dan una hermosa cátedra de vida, lo suficiente para amar a este país.
India además tiene templos increíbles como el Taj Mahal, el más importante y representativo de este país sin duda alguna. El Taj Mahal es un templo grandísimo, imponente, impecable, con un diseño y acabado perfecto, envuelto en una historia de amor maravillosa. El Taj Mahal tiene una vibra indescriptible, es un lugar donde puedes pasar horas y horas mirándolo. Más allá de lo perfecto que es, se trata de recibir su sanadora energía, su aire repleto de paz, de espiritualidad y de poderte conectar contigo mismo y con la vida.
Y así es India no solamente dentro del Taj Mahal. India te muestra la verdadera esencia de la vida, esa que traspasa y va más allá de lo terrenal y material. Aquí despierta el amor en ti, en los demás y en la madre tierra. India te activa internamente llegando a lo más profundo, mostrándote que lo más importante y valioso en esta vida no se puede comprar.
India es mágica, porque en ella te das cuenta que el ser humano sufre teniéndolo todo para ser feliz.
Iris Sánchez
